lunes, 30 de mayo de 2016

TIpos de robo

Clasificaciones de los delitos



Delitos de violencia contra las personas

  • Agresión agravada: ataque ilegal a otra persona para causarle lesiones corporales severas o muy graves. Generalmente, este tipo de ataque es acompañado con un arma o cualquier otro medio con probabilidad de producir la muerte o un daño físico grave. El intento de agresión agravada, que implica el uso o la amenaza de usar un arma de fuego, un cuchillo o cualquier otro tipo de arma, se incluye dentro de esta categoría de delito, ya que es probable que la persona atacada resulte gravemente lesionada.
  • Asesinato: acción de matar a una persona intencionalmente.
  • Robo (robbery, en inglés): acción de quitar o intentar quitar algo de valor a una persona por la fuerza o amenazándola con usar fuerza o violencia. En este tipo de robo, una víctima está presente mientras ocurre el crimen.
  • Violación con uso de violencia: el “acceso carnal con una mujer por la fuerza y contra su voluntad”. El UCR incluye las agresiones y los intentos de cometer violación por la fuerza o la amenaza de usar la fuerza, pero excluye la violación de menores (sin empleo de la fuerza) y otros tipos de delitos sexuales. El UCR recolecta únicamente información sobre violación de mujeres.

Delitos contra la propiedad

  • Hurto (larceny-theft, en inglés): acción de tomar ilegalmente algo ajeno (p. ej. apropiarse de una bicicleta o tomar partes de automóviles, llevarse mercancía de una tienda sin pagarla o agarrar carteras de bolsillo) sin empleo de la fuerza, violencia o sin cometer fraude. También se incluye el intento de hurto.
  • Hurto de vehículos motorizados: el hurto o el intento de hurto de un vehículo.
  • Incendio intencional: acción de quemar o intentar quemar una casa, edificio público, vehículo motorizado, aeronave o propiedad personal, deliberada o maliciosamente, con o sin la intención de estafar.
  • Violación de domicilio: acción de entrar ilegalmente a una propiedad para cometer un delito o hurto. No implica necesariamente ingresar por la fuerza.

Delitos de la Parte Dos

  • Adulteración de documentos: la adulteración de documentos implica crear o alterar un documento escrito de manera tal que los derechos de otra persona quedan comprometidos. La falsificación consiste en realizar copia o imitación de un objeto sin autorización y hacer pasar dicha copia como si fuera el objeto genuino u original. Aunque en la mayoría de los casos la falsificación está relacionada con el dinero, también puede aplicarse a las prendas de vestir y los accesorios fabricados para aparentar que son productos de diseño original.
  • Armas (portación ilegal, etc.): el hecho de portar un arma oculta sin la licencia o el permiso correspondiente; obtener un arma, una licencia o municiones de manera fraudulenta; o poseer un tipo de pistola o arma de asalto cuya propiedad, portación o cuyo uso no esté autorizado al público.
  • Conducir en estado de ebriedad o intoxicación: acción de manejar un vehículo bajo los efectos de alcohol o drogas. Cada estado establece el nivel de alcohol en sangre permitido para los conductores.
  • Conducta contraria al orden público: comportamiento que constituye una amenaza potencial para uno mismo o para otras personas. A veces, las leyes que regulan este tipo de conducta se superponen con las leyes de ebriedad en público.
  • Delito contra la familia (incumplimiento de la obligación de manutención, etc.): el que comete uno de los padres, o ambos, al no sustentar a sus hijos.
  • Delito sexual (violación de menores, etc.): el que comete un adulto al mantener relaciones sexuales con un niño o adolescente que no tiene capacidad legal para dar su consentimiento.
  • Desfalco: apropiación indebida de dinero o bienes que una persona tiene a su cargo para uso y beneficio personal.
  • Ebriedad en público: estar ebrio en público durante un tiempo prolongado. Cada estado establece los niveles de alcohol en sangre que regulan este tipo de violación. Las leyes también disponen cuándo y dónde las personas tienen permitido llevar bebidas alcohólicas en envases abiertos.
  • Fraude: acto de engañar intencionalmente a una persona para obtener maliciosamente la posesión o el control de su dinero, bienes o derechos específicos.
  • Fuga: en general, los estados clasifican el acto de huir del hogar como un delito que resulta de un estado o condición, especialmente cometido sólo por menores de edad. El objetivo del programa Amber Alert del Departamento de Justicia es ayudar a las comunidades a comenzar la búsqueda de niños ante la sospecha de que se encuentran en peligro y que no han dejado su hogar de manera voluntaria.
  • Juegos por dinero ilegales: aquellos prohibidos por la ley, ya sea local, estatal o federal. Aunque en muchos estados los juegos por dinero están permitidos, las personas deben asegurarse de participar sólo en aquellos tipos de juegos que sean legales en los condados específicos donde éstos se permiten. La participación en estos juegos ilegales por Internet crea un obstáculo para los funcionarios encargados de aplicar la ley.
  • Propiedad robada (tráfico de): el hecho de vender o comprar bienes que han sido robados a otra persona o entidad.
  • Prostitución y delitos relacionados: el ofrecimiento de favores sexuales a cambio de dinero, drogas u otros bienes, o el hecho de brindar dichos favores.
  • Intento de agresión no agravada: el intento de ocasionar daño físico a otra persona estando ésta consciente del hecho. La agresión constituye un acto ilícito, el cual puede ser civil o penal, y la sanción correspondiente puede ser un castigo penal, o bien una indemnización por daños. “Violencia física contra una persona”, en general, se define como el hecho de tener un contacto físico con ésta ilícitamente. Sin embargo, en muchas jurisdicciones, no se tiene en cuenta esta distinción.
  • Vagabundeo: situación de quien no mantiene una dirección postal verificable y que pasa gran parte del tiempo deambulando en público.
  • Vandalismo: el acto de dañar o alterar la propiedad pública o privada sin permiso.
  • Violación de las leyes relacionadas con la venta de alcohol: la venta de bebidas alcohólicas sin licencia válida o la falta de control de la identificación de toda persona que desea comprar alcohol en un establecimiento.
  • Violación de leyes sobre drogas: violación de cualquier ley sobre drogas, ya sea local, estatal o federal, que prohíba la tenencia o venta de drogas específicas o de objetos relacionados con el consumo de drogas.
  • Violación del toque de queda/vagancia: a veces, la violación del toque de queda se clasifica como un delito que resulta de un estado o condición (un delito cometido sólo por menores de edad). La vagancia implica quedarse en un lugar determinado por un tiempo excesivo, sin poder justificar la presencia de uno en dicho lugar al ser interrogado por las autoridades. En general, la vagancia se comete junto con la violación del toque de queda.

Delitos nuevos o destacados

  • Crimen organizado: actualmente el crimen organizado, en general, implica la participación de pandillas callejeras locales; sin embargo los carteles internacionales de narcotráfico continúan ejercitando el contrabando de gran cantidad de drogas a los Estados Unidos. Muchos de estos grupos también son responsables de transportar por contrabando a los inmigrantes ilegales a este país.
  • Crimen de finanzas: según una teoría legal llamada “Doctrina de identificación”, las empresas pueden ser condenadas como entidades legales en conformidad con varias leyes penales. En un intento de combatir más a fondo este tipo de fraude, el presidente Bush firmó la Ley Sarbanes-Oxley de 2002 (Sarbanes-Oxley Act). Esta ley establece sanciones para aquellos que intenten cometer fraude contable.
  • Crimen motivado por prejuicios: aquellos delitos cometidos contra una persona debido a su raza, religión, origen étnico, orientación sexual u otras características personales. Las estadísticas del crimen motivado por prejuicios se encuentran en el reporte anual del FBI.
  • Robo de identidad: el uso ilegal de información personal de otra persona (p. ej. el número del seguro social, información de la licencia de conducir, el número de tarjeta de crédito) para obtener ganancias económicas. En mayo de 2006, el presidente Bush convirtió el Decreto 13,402 en ley, que autoriza el uso de recursos federales para combatir este delito, cuya incidencia es cada vez mayor.
  • Terrorismo: el uso o amenaza de usar violencia contra la población civil para cumplir objetivos políticos o ideológicos.

Tipos de armas blancas

Clasificación de las armas blancas
A. Punzantes.
Son aquellas en las que predomina la penetración, antes que la longitud de la herida; nos puede proporcionar los datos siguientes:
1. Forma de al hoja que causa la herida; caso de una hoja de doble filo, la herida presentaría dos puntas, y en caso de ser de un filo, nos presenta una punta y en el otro extremo una zona cóncava.
2. Si el filo está liso presentará un ángulo liso, en cambio, si es irregular, presentará varios ángulos en sus extremos. En caso de doble trayectoria, de entrada y salida, muestra una forma de cola, ya que se abre en abanico.
3º) en caso de una herida punzante, pueden aparecer unas pequeñas lesiones, en la zona periférica de la herida, que son producidas por el mango del arma, si está ha penetrado con toda la profundidad. Hay que estudiar todo el recorrido del arma dentro del cuerpo, ya que la piel puede deformarse o estropearse, y no nos sería posible averiguar la forma de la hoja, pero en la parte interna los tejidos no se deforman, a más profundidad se puede dar la circunstancia de que impacte con un hueso, en ese caso, dejaría en el mismo un molde perfecto de la punta de la hoja.
B. Cortantes (incisas).
Es la típica herida producida por el corte de una navaja; no nos puede aportar datos sobre la forma del arma, pero si nos pueden dar datos sobre la dirección ángulo de incisión. Este tipo de heridas, tienen un punto de entrada, más profundo, más redondeado y más regular, y un punto de salida, menos profundo, más irregular y más lineal; una herida cortante puede ser también mutilante.
Hay que diferenciar entre una herida cortante por suicidio y la producida por un homicidio.
C. Corto punzantes.
Reúne las características de las dos anteriores, punzante (penetración) cortante (movimiento) no puede saberse las dimensiones del arma, pero si como es el filo y el lomo de la hoja, así como la dirección de la herida; hay que estudiar la penetración y el movimiento por separado.
D. Inciso-contusas.
Son las producidas por un instrumento que aparte del filo, tiene mucha masa (hacha, azada,...), son normalmente mortales, ya que la mayoría se producen en el cráneo, y casi siempre con la trayectoria de arriba hacia abajo; son fáciles de identificar por los enormes daños causados. En caso de penetración profunda en el cráneo nos dejará un borde perfecto del filo, así como restos pertenecientes al arma (pinturas, limaduras, tierra,...). En los tejidos y el hueso, caso de ser un borde sin filo, nos dejaría los bordes despostillados.
3. Distintos aspectos en una herida producida por arma blanca
La forma de la herida, el tipo de incisión, su dirección y el alcance.
Testimonios sobre personas heridas con arma blanca.
Douglas Beamish, un canadiense que desde el 19 de julio de 1996 cumple condena por asesinato en segundo grado, jamás pensó que el gato de sus padres fuera a denunciarle. El relato del calvario de su víctima, Shirley Duguay, de 32 años comenzó cuando en octubre de 1994 desapareció de su casa de Richemond, Canadá. A los pocos días encontraron su coche abandonado y con la tapicería manchada de sangre. Tres semanas más tarde se halló a unos ocho kilómetros una chaqueta de cuero también manchada con sangre de la desaparecida, pero en la prenda había además algo adherido que llamó poderosamente la atención de la Policía. Se trataba de pelos blancos de gato. Mientras buscaban al dueño del animal, el cuerpo sin vida apareció semienterrado en una pequeña fosa en mayo del 96. Poco después fue detenido como sospechoso del crimen el novio de la víctima, quien vivía con sus padres y su gato. Los pelos hallados en la cazadora fueron comparados con los del gato para obtener las huellas genéticas, y al comprobar que se trataba de las mismas en ambos casos, fueron usadas como prueba concluyente para inculpar al asesino.



lunes, 23 de mayo de 2016

El crimen organizado



El crimen organizado como objeto de estudio

Las investigaciones sobre el crimen organizado, salvo las más osadas, comienzan con una introducción, en muchos casos autojustificatoria de los resultados, acerca de los problemas sobre el acceso a fuentes fiables para el estudio del fenómeno. Investigar el crimen desde cualquier perspectiva es una tarea compleja; de eso no hay duda. Los dificultades que surgen al tratar de aplicar el método científico al crimen organizado ya fueron contempladas por los primeros estudiosos del fenómeno y marcan buena parte de su desarrollo posterior. Los científicos sociales de cualquier disciplina que se han adentrado en el tema han tendido a ser menos activos que otros actores que por obligación profesional, como las agencias de seguridad o los medios de comunicación de masas, en la recopilación de información acerca del crimen organizado. Quizás el motivo sea que, como sugiere Polsky, muchos de ellos crean que es imposible hacerse sin superar el elemental dilema moral de realizar actos criminales como medio de ganarse la cooperación necesaria para la obtención de la información.() Las consecuencias de esta situación son que, como explica Albini,





No hay duda de que gran parte del material escrito en el ámbito del crimen organizado está muy lejos de ser académico por naturaleza, cayendo con demasiada frecuencia en un estilo periodístico y sensacionalista de escribir en el que la documentación de fuentes está ausente o bajo mínimos. A menudo estos escritos están abarrotados de valores cuyo resultado es la distorsión total de los hechos y, en muchos casos, la creación de disparates.()

Desde que se escribieron estas palabras la academia no ha conseguido superar satisfactoriamente esta contradicción entre método y fuentes. No obstante, han aparecido excepciones relevantes cuyos resultados a menudo no estuvieron a la altura de la paciencia y el valor que requieren este tipo de investigaciones. Algunos especialistas, ya desde los momentos iniciales del estudio académico del crimen organizado se aventuraron a poner en evidencia esta supuesta imposibilidad del acceso a fuentes para la correcta evaluación del fenómeno. En los años veinte, John Landesco llevó a cabo un estudio pionero sobre el crimen organizado en la ciudad de Chicago que "no sólo englobó la recopilación de fuentes escritas periodísticas y de otro tipo sino que, en la tradición de la escuela de Chicago, el desarrollo de contactos extensos con grupos criminales de la ciudad".() De este modo se introdujo el método de las entrevistas en profundidad con actores relevantes en el abanico de métodos para el estudio del crimen organizado. Siguiendo este mismo sendero de evitar el uso exclusivo de fuentes secundarias, tanto Ianni como Chambliss condujeron investigaciones posteriores, para los casos de Nueva York y Seattle, respectivamente, que implicaban la conjugación de grados diversos de observación participante con entrevistas con informantes clave.() Más recientemente Adler realizó un estudio que combinaba la observación participante y la entrevista con más de seis decenas de traficantes de drogas para comprobar su compromiso criminal en el suroeste de los Estados Unidos.()
En los últimos años los estudios sobre el crimen organizado, a menudo inducidos desde la esfera pública al objeto de mejorar los mecanismos para contrarrestar sus efectos, han proliferado. Sin embargo, la tendencia a recurrir a fuentes secundarias, en especial procedentes de los medios de comunicaciones de masas o de diversas instancias gubernamentales, no sólo no ha disminuido sino que ha aumentado exponencialmente desde los niveles previos.() De algún modo, buena parte de los trabajos han implicado dar un prurito académico a la visión ya elaborada desde las agencias de seguridad encargadas de la persecución del crimen organizado y de su valoración como riesgo o amenaza a la seguridad nacional. Como dice Chambliss,





Es posible descubrir lo que está sucediendo 'ahí fuera'. No estamos permanentemente pegados a los informes gubernamentales y a las respuestas de los universitarios. Los datos sobre el crimen organizado y el robo profesional, del igual modo que otros sucesos supuestamente difíciles de estudiar, están mucho más disponibles de lo que tendemos a pensar. Todo lo que tenemos que hacer es salir de nuestros despachos y entrar en las calles. Los datos están ahí; el problema es que también muy a menudo los sociólogos no están ahí.()

Pese a esta visión un tanto idílica de la investigación del crimen organizado tomando como base el acceso a fuentes primarias, este tipo de enfoque estar lejos de ser la panacea universal. La observación participante, aparte de los dilemas éticos que pueda plantear y de los riesgos en forma de peligro para la propia vida o de la comisión de delitos luego castigados que implica para el investigador, dar como resultado investigaciones con múltiples limitaciones.() El proceso de movilidad social ascendente dentro de un grupo criminal suele, por lo general, ser más rápido que en las organizaciones legales, pero el acceso a los niveles altos de la jerarquía delictiva implica un compromiso de largo plazo que conlleva la asunción de múltiples riesgos. En este entorno, el único camino a fuentes primarias se reduce a los escalones más bajos de la estructura organizativa, que a menudo tienden a fantasear acerca de procesos más complejos que ignoran. Extrapolar el modo de funcionamiento de algunos grupos a otros apartados de una organización concreta o, más aún, entre diversas organizaciones criminales es muy problemático porque las diferencias son múltiples. Los niveles de cualificación, los grados de compromiso personal con la organización o la protección que se requiere del miembro, por poner sólo tres ejemplos, varían enormemente entre diversos apartados del negocio criminal.


Encarar el estudio a través de entrevistas con informadores relevantes que puedan superar las limitaciones propias de la observación participante, lo cual permiten alcanzar niveles superiores de la jerarquía organizativa sin asumir los considerables riesgos innatos a otras opciones, es, asimismo, un tarea compleja que puede desarrollarse a través de los contactos directos o por el recurso a las declaraciones de los criminales ante los tribunales o la policía una vez que son detenidos. En ambos casos el peligro de contaminación informativa es latente. Es previsible que el criminal entrevistado, incluso previa garantía de su anonimato, tienda a minimizar su participación en actividad ilegales al objeto de evitar su incriminación, a negar sus conocimientos y, sobre todo, a confundir al investigador en la percepción de que su tarea, por moverse en el mundo de lo legal, es anexa a la del aparato jurídico. Si esta situación es muy evidencia en las declaraciones ante los tribunales, el contacto conseguido por otros cauces suele degenerar en el mismo tipo de información deficiente al utilizar los criminales al estudioso como un medio de propalar su inocencia. Como afirma Naylor, al tratar los problemas metodológicos de la investigación del crimen organizado, "al mundo criminal le corresponde más que la proporción aleatoria de paranoicos graves y mentirosos compulsivos".() A esta carencia de acceso a la información puede unirse otra posibilidad no menos contaminante. La perspectiva de la reducción de sentencias que actualmente permiten muchas legislaciones a quienes colaboran con el sistema judicial o ante la percepción de lo que puede ser una biografía póstuma dentro de un sistema de valores desviado otorgan al informante privilegiado un incentivo muy alto para exagerar su importancia dentro de sus actividades, para inflar el y, sobre todo, para seguir las premisas dictadas por las agencias de seguridad conforme a un esquema preestablecido. La desencaminada línea de debilidad argumental que pueden seguir este tipo de testimonios hasta convertirse en una hipótesis coherente a menudo se asemeja al modo en que los testimonios del mafioso italo-americano arrepentido Joseph Valachi se convirtieron, debidamente depurados por Donald Cressey, en una teoría sociológica de largo alcance sobre el crimen organizado sin mayor comprobación empírica o jurídica.() En palabras de Charles Rogovin, director de la Organized Task Force,





Me llevé a Cressey [Donald] y a Salerno [Ralph, investigador del crimen organizado de la policía de Nueva York que había interrogado al arrepentido Valachi] a una habitación y le dije a Ralph: "Ralph, dile a Don todo lo que sabes". Y le dije a Don: "Don, escríbelo". Así se escribió el ensayo de Cressey para la Comisión sobre el Crimen [Organizado].()

Con Cressey se da un contradicción aún frecuente en el estudio del crimen organizado según la cual, mientras se reconoce en privado la poca fiabilidad de las fuentes, en público se escribe y se habla tomando prestadas sus palabras para construir modelos teóricos. El propio Cressey desaconsejó a un colega que entrevistase a Valachi, que había sido el fundamento casi exclusivo de su visión sobre la mafia italo-americana, con los argumento correcto y rotundo: "Sólo te dirá lo que piense que tú quieres oír".() Un cuadro similar puede presentarse en cuanto a los informes procedentes de las agencias de seguridad pública acerca del crimen organizado, que suele ser la principal fuente secundaria utilizada por los análisis académicos, en cuando su información suele reposar en delincuentes detenidos y sobre los datos proporcionados por confidentes. La espectacularidad del testimonio de éstos suele mostrar ciertos grados de proporcionalidad con respecto a los emolumentos recibidos, independientemente de la veracidad de sus palabras. La información, o inteligencia en términos policiales, así generada presenta cuatro tipos de sesgos. Por una parte, este tipo de informes eliminan una parte sustancial de la realidad criminal al obviar la actividad de los informantes, que por lo general no suele ser una presencia menor en los mercados ilegales. Igualmente, la limitación de recursos para este tipo de contactos entre agencias de seguridad e confidentes en busca de información hace que esta tarea tienda a concentrarse sobre ciertos grupos o actividades criminales específicos por diversos motivos, como la presencia de éstos en los medios de comunicación, lo que en última instancia servirá únicamente para confirmar con los números las hipótesis iniciales realizadas sin esa información. En consecuencia, este tipo de actividad policial suele ser más proclive a rellenar análisis previos con testimonios hablados que a investigar acríticamente a partir de los mismos. En tercer lugar,






el tipo de información necesaria para la persecución policial y el que se requiere para una comprensión completa de la naturaleza y operatividad de la economía criminal pueden ser bastante específicos. Comprender la economía criminal necesita datos que permitan al analista determinar si las transacciones están basadas en una línea jerárquica, en acciones dictadas por las costumbres y las convenciones o en decisiones del mercado. Lo que podría parecer una parte de una conspiración corriente jerárquicamente controlada, en un análisis más minucioso podrían resultar un conjunto de tratos incidentales y comercialmente no relacionados. Cualquiera puede constituir una infracción de la legalidad por el que los culpables sean condenados. Pero podrían tener implicaciones muy diferentes para el entendimiento de la naturaleza global del crimen organizado.